Conservados por su propia geografía, identificados por su valiosa gente, reconocidos por sus muchos valores culturales producto de la herencia misional y de sus colonizadores, los pueblos de la Sierra Alta están ahí, como si no pasara el tiempo.
La vida de los pueblos ha sido la misma desde su origen y ahora, con la modernidad se acercan con cuidado a una nueva era de su desarrollo.
Comunicación telefónica, señal digital e Internet, carretera en construcción que avanza llevando modernidad, facilidades de transporte, señales de radio y televisión, dan actualidad a la región más remota de la sierra de Sonora y con todo esto, se aproximan también las oportunidades.
Ese estado de conservación, su estilo de vida, su arquitectura y sistemas de construcción, el espíritu de anfitriones, la comida, la hospitalidad junto con las interminables historias, convierten a cada pueblo en un tesoro turístico que a todos los visitantes apasiona.
Si a todo esto agregamos el entorno natural de la sierra, las actividades rurales cotidianas, los encuentros recreativos y aventuras que en sus alrededores podemos disfrutar; el filón que se deja ver para la industria del turismo en esa región es relevante.
Por eso, en esta publicación ponemos cuidado en llevar al lector por la ruta terrestre que desde la capital, vía Ures-Moctezuma, hasta la Sierra Alta y sus planicies del río Bavispe al Norte y a los rincones de la sierra de Bacadéhuachi y Nácori Chico al Sur con los datos actualizados de servicios y recursos para atención al visitante. También buscamos, junto con las instituciones, fortalecer las estructuras y fomentar el desarrollo despertando la atención de vecinos y residentes de esos panorámicos escenarios.
¡Que disfrute esta lectura! ahora por nuevos caminos y pueblos de Sonora.