Fronteras, es un pueblo que se distingue por su autenticidad y paisaje rural, lejos de los edificios coloniales, monumentos o construcciones históricas que caracterizan a muchas otras localidades del estado. Esta particularidad se debe a su pasado como territorio habitado por los apaches, quienes resistieron la dominación española y mantuvieron su autonomía. Un pueblo sin huellas coloniales. La escasez de edificaciones y monumentos coloniales en Fronteras refleja siglos de resistencia. Mientras otras poblaciones fueron transformadas por la arquitectura y la cultura española, este pueblo logró conservar su esencia original gracias a la presencia de los apaches. Territorio de libertad. La historia de Fronteras muestra cómo la resistencia indígena impidió la colonización plena del lugar. Esta lucha por mantener sus tierras y su cultura dejó un legado de libertad que aún se percibe en el ambiente del pueblo. Paisaje y cultura. Hoy, Fronteras conserva su identidad rural y auténtica. Sus calles, campos y costumbres son testimonio de una comunidad que, aunque pequeña, guarda una rica historia de valor y autonomía frente a la colonización.