San Carlos es un destino de sol y playa que no se limita a la orilla del mar. Esa conjunción de montaña, desierto y mar, ofrece un infinito mundo de posibilidades de entretenimiento, aventura, deportes y pasatiempos en medio de los ambientes naturales que nunca son iguales y siempre tiene algo más de lo que esperas.
Despertar en la comodidad de un buen hotel o departamento puede ser un lujo que muchos se dan en este bien equipado destino turístico, pero quedarse en el hotel no es lo mejor que podrías hacer en un día en San Carlos.
Las aventuras de tierra son muy interesantes, desde caminatas y escaladas hasta las pedaleadas en bicicleta por la costera del delfinario o por las pistas de la montaña que también son escénicas en los cerros Las Tinajas y El Soldado.
Por otra parte, explorar el monte y poder admirar y conocer la flora y la fauna, además de disfrutar el paisaje, es una experiencia que nunca se olvida. Lo mejor es lo que más disfrutes y eso nunca sabes cómo resultará. Podrás encontrarte con un bello animal de la región o te puedes llevar un susto si no estás preparado para encontrarte con una víbora de esas que a veces abundan en algunos lugares de la naturaleza.
UN GUÍA es la mejor y más segura compañía que puedes tener para adentrarte en terreno de desierto y sierra al norte de San Carlos. Muchos son los accesos, los ranchos por cruzar; las propiedades privadas y los caminos y veredas que debes conocer para poder ir seguro hasta los cañones y aguajes escondidos en la sierra que lleva ese nombre, Del Aguaje, porque su constitución geológica la forma una piedra porosa, que recoge y filtra desde sus alturas hasta los rincones de los cañones, el agua que pocas veces cae en la región. Esto da vida a recintos con una biodiversidad única y microclimas variados en los que se recrean plantas y animales en un hábitat que ha perdurado por siglos en una delicada armonía que impone respeto y admiración de visitantes.
Rada, Alfonso Vásquez Bañuelos, es fotógrafo profesional admirador de la naturaleza y enamorado de San Carlos. Es también Guía profesional certificado NOM 09 especialzado en Naturaleza, conductor de caravanas y tours de exploración y aventura. Es además un gran colaborador de esta revista guía turística. Con frecuencia lleva a grupos de turistas que hacen viaje exprofeso hasta Sonora para conocer los rincones escondidos de esta sierra en San Carlos. Hay otros operado- res que ofrecen esta y otras visitas guiadas a estos rumbos, pero Rada es más que eso porque es apasionado del tema y un amigable compañero de jornada.
Rada nos describe con detalle esta aventura y nos dice: Para accesar a La Poza se debe hacer con guía; en mi caso, yo he llevando a muchas personas. Desde el año pasado que comencé con los tours, he hecho tal vez más de 100 recorridos a La Poza con diversas personas desde niños hasta adultos mayores, desde políticos hasta empresarios, hombres y mujeres, familias completas. Muchas personas vienen de fuera con ganas de conocer San Carlos. Vienen de México, Guadalajara, Monterrey y que han visto fotos de este lugar por internet y se animaron a visitar o vienen de otras partes del mundo por negocios y aprovechan sus tiempos libres o fines de semana.
La Poza es un oasis que se encuentra en la Sierra del Aguaje aquí en San Carlos; es uno de numerosos aguajes por los cuales se nombró así a la sierra. La Poza se ubica en un rancho al que se accede por ca- mino rural a una propiedad privada que dá acceso al público guiado. Se llega en automóvil, después de cruzar varios linderos y puertas de rancho, hasta un punto, de donde se sigue a pie por aproximada- mente una hora y media caminando por el Cañón de la Navaja hasta llegar al final donde está el oasis con un manantial que brota de la piedra. Esta agua brota de las piedras por que es agua filtrada de la lluvia que escurre hasta los estanques o tinajas en los cañones. La Poza es uno de ellos, El Nacapule es otro.En el recorrido comenzamos en el pleno desierto de Sonora y nos vamos adentrando poco a poco al interior del cañón donde empezamos a ver cómo cambia la vegetación, cómo cambia el paisaje de las rocas y empezamos a ver más rocas de tipo volcáni- co, y a ver más palmas, más arboles grandes conforme nos vamos acercando a la fuente del agua en un recorrido que cualquier persona puede hacer con una buena condición física. Es una buena oportunidad para avistar muchos dIferentes tipos de flora o fauna local. Hay mucha variedad de plantas endémicas, desde las típicas del desierto hasta algunas que solamente se encuentran en este tipo de ecosistema ya más escondido. En cuanto a animales hay también mucha variedad; me ha tocado ver desde venado, cochi jabalí, gato montés, muchos coatíes que en Sonora le dicen cho- lugos, cacomixtle, he visto boas, víboras de cascabel, tortugas del desierto, -así como me estoy acordando.-, luciérnagas en verano, una gran cantidad de insectos, tarántulas, sapos, ranas, lagartijas
y más. Son ecosistemas que están relativamente alejados de la urbanización y por lo cual se mantienen un poco conservados. Por eso el turismo guiado es más ordenado y disfruta más, además de que uno les va explicando.
El recorrido toma tres horas y media a cuatro, dependiendo a la velocidad del grupo; se requiere condición media, botas o tenis con buena suela que no sean suela lisa, ropa cómoda y ligera y llevarse unas barritas de energía, una fruta y unos snacks.