Turismo rural, un capítulo de la Ganadería Diversificada.

Sonora tiene ranchos desde la orilla del mar hasta las fronteras con Arizona y con Chihuahua.

Es en este tiempo, al iniciar el otoño, es cuando la fruta ya maduró y los cultivos de verano se van a cosechar pronto, cuando son bonitos los viajes a la región rural. El campo sigue verde y los riesgos de las lluvias ya pasaron. Prácticamente después de la primera semana de octubre, el otoño se hace presente. Aunque en muy pocos pueblos y ranchos subsiste la actividad agrícola hortícola y de traspatios, el otoño nos entrega calabazas, chiles, cacahuate, y muchos otros productos derivados también de la caña.

Desde 1976, cuando se realizó la campaña conjunta de la ganadera y el gobierno, se imprimió y repartió folletería de divulgación y capacitación del sector ganadero y entre lo que se repitió muchas veces está la diversificación de la actividad ganadera y el aprovechamiento del rancho por todos los miembros de la familia. «Se acaba el pasto, se acaba todo» fue el lema de campaña para concientizar a los ganaderos e inducir mejoras, conocimiento y actividades alternas en el rancho, desde los huertos familiares hasta los grandes y exóticos trofeos de caza.

La actividad cinegética ya ha crecido y Sonora está posicionado como un destino con atractivos de calidad y servicios de atención profesionales para ese mercado de alto valor; la ganadería de otras especies, además del bovinos, es una capacitación que los sonoreses han adquirido y cultivado y ahora cuidan y venden muy bien los animales para la cacería. Los ranceheros cuidan la población de venado, su edad, su alimentación y su genética al fin de conservar calidad y obtener buenos ingresos. También han evolucionado en servicios y atención a visitantes, además de hospedaje y alimentación. Grandes mansiones dan alojamiento a los cazadores y chefs profesionales ahora van hasta el coto a servir las viandas que al inicio de esta experiencia solo se consumían en las ciudades.
Pasando al tema de turismo en general

Los rancheros tiene una gran oportunidad de convertir todo Sonora en un destino turístico.
Ya tienen los lugares, la gente, los caminos, buenos vehículos y mucha experiencia en el ir y venir. Tienen organización, y estructura familiar que puede compartir diversas actividade
s.

Las vacas tardan nueve meses en dar un becerro, la mayor parte de su vida se atienden solas y el ranchero productor tiene tiempo de atender otras actividades, además de cuidar los cercos y sus propiedades. Muchas cosas pueden volver a hacerse en los ranchos, pero más importante también es que los rancheros rescaten muchas actividades que se han ido perdiendo y que son parte valiosa para el turismo rural. Las manufacturas artesanales que se han ido desapareciendo; aún tienen maestros que pueden compartir sus experiencias y desarrollar nuevos artesanos. La piel y el cuero, por ejemplo, se han conservado y en algunos lugares destacan como identificadores como es el caso de Moctezuma, Magdalena y Sahuaripa.

Las reatas tejidas, los sombreros de palmilla, los guaris de carrizo, los petates de palma, las ollas de barro son tradiciones que se han perdido y ahora se importan substitutos de plástico desechable. Las etnias conservan más las manualidades originales, pero aquellas que fueron parte de la era industrial o de la sobrevivencia y autonomía rural regional tienden a desaparecer. El herrero y el herrador, el hojalatero y el carpintero. También el panadero regional y hasta las cocineras y los platillos locales cada día se olvidan. Hay pocos conocedores y quiénes compartan el conocimiento y habilidades.

Los testimonios del pasado los hemos destruido en eras de una modernidad que deja de ser moderna y como tendencia o moda se hace pronto perecedero.

Nuevas influencias culturales invaden pueblos y ranchos y estamos haciendo muy parecidos los espacios y los paisajes urbanos, y también las costumbres.

Un día llegó la CONASUPO y desaparecieron los molinos y la siembra de trigo.
Luego llegó el DOLCA Y EL NESCAFÉ y desaparecieron las cafeteras de talega. Y así, las estufas de gas, las licuadoras, y ahora los celulares y los 4×4 están cambiando la vida y HACIENDO OLVIDAR aquello.

En turismo LO ORIGINAL LO ÚNICO, lo tradicional es parte de la experiencia. Es lo que vale, lo que se cobra. Los turistas al rancho no buscan sábanas de seda ni las condiciones de la ciudad. Con que esté limpio y saludable, todo es experiencia.

El patrimonio natural y la herencia cultural son los valores a cuidar.

Entonces volvemos al la raíz. Tomemos como ejemplo los pueblos de Europa y otros continentes que han reconstruido sus edificios y pueblos después de la guerra para dejarlos exactamente como fueron y seguir así conservando los valores regionales, familiares y sobre todo la historia que se cuenta sola con el paisaje, la arquitectura y las muestras culturales manifiestas en el tiempo detenido.

Sin acusar a quienes hay buscado la modernización, los pueblos, entre más originales se conserven, más potencial para «vender» la historia, la tradición, la leyenda el cuento, y todo lo que rodea la la parafernalia cultural que alcanza las fibras y produce emociones.

Volviendo al rancho, la ordeña, el paseo a caballo, la balsa en el represo, la observación de pájaros, el senderismo, el estudio de la fauna, el cuidado y entendimiento de la naturaleza, nos permite compartir y obtener beneficios por ello, de quienes no tienen esa oportunidad de practicar lo que para el ganadero es ordinario y cotidiano.

«lamentamos que el visitante se tenga que levantar temprano, pero aquí las vacas se ordeñan la la primera luz del día. Y lo gozan.

Turoperadores y Guías

La mejor recomendación es que los touroperadores, profesionales y acreditados, sean del mismo rancho, y la capacitación como guía de turistas se dé a quienes han crecido en ese ambiente y lo pueden explicar y compartir.

AHORA ES PAVIMENTO Y PASA POR OTRO LADO, ES LA BRECHA ENTRE NÁCORI CHICO Y BACADÉHUACHI

Hay ejemplos de ranchos turísticos exitosos en Sonora y el gobierno tiene programas de capacitación, pero además hay escuelas, universidades que tienen carrera relacionadas.

Las ciudades tienen al 80 % de la población del estado. Es el mercado destino, es el potencial. La creatividad, la mercadotecnia, la sensibilidad que se le ponga al proyecto, es la puerta de emprendimientos, nuevos negocios y formas de subsistencia.

Si conjugamos cultura, naturaleza, historia y trabajo, podemos desarrollar un Sonora Turístico desde los ranchos hasta la ciudad. Una nueva economía rural y la re-valoración del pueblo, del rancho del ganado, de la parcela, del campo agrícola y del origen de algunas generaciones que salieron y ahora añoran volver y tienen mucho qué aportar.

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