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Con apuntes de Manuel Torres R.

Ures es paseo.

Los atractivos naturales abundan en la región.

Un chapuzón en los hilos de agua del río Sonora, a la altura de El Gavilán, es placer para compartir con la familia.

La Tescalama, aguas arriba del mismo río, pasando La Puerta del Sol, es un sitio para acampar y disfrutar de sombra, arena y agua clara.

Por la sierra de San Juan hay numerosas cañadas y tinajas, aunque el acceso se ha vuelto complicado.

Cercana a Pueblo de Alamos, la presa Teópari. Sin desviarse de este rumbo se puede llegar a otra presa, El Novillo, donde se genera electricidad en millones de kilovatios y también hay pesca deportiva.

La sierra de Mazatán con sus altísimas mesetas y sus piezas de cacería.

Pero sin tener que salir de Ures están las añosas arboledas de la entrada poniente, las que reciben al viajero procedente de Hermosillo.

En verdad Ures ofrece dadivoso su paisaje contrastante; platillos sazonados hasta el típico punto regional; un trago de buen mezcal para el viandante que llega; un apretón de manos amistoso…

Justamente Cabeza de Vaca lo llamó ¡Pueblo de los Corazones!.