Un espacio que que potencializaría todos los demás atributos de del naciente destino turístico (1973)
Armando Cantú nos cuenta una parte
La llegada de Armando
Así la narra él mismo:
Era Septiembre de 1973.- Carlos Armando Biebrich asumía la gubernatura de Sonora , como el más joven gobernador del país y mi familia y yo emigrábamos a Bahia San Carlos, para iniciar mi nueva actividad como Director de Ventas Nacionales en el desarrollo, sin haber jamás vendido bienes raíces en mi vida.
Iniciábamos esta actividad, después de 10 años como Director del IMARC Hermosillo, 5 en el Canal 6 y 3 como Director de la Comisión de Fomento Turístico del Estado de Sonora .
Me invitó Rafael Caballero, un par de semanas antes, en el Casino de Hermosillo, después de la primera presentación del audiovisual “Sonora, México”. Tierra del Mar y del Sol ‘, que produje con la participación de Vicente Teran en arte y viñetas, mis colegas de la XHCG de Hermosillo en la grabación de audio y musicalización y mi producción y narración en ambos idiomas .
Inmediatamente de esta presentación, Rafael me invito a colaborar con él en San Carlos y acepté; me puse yo mismo el reto de dirigir su programa de ventas nacionales, a sabiendas que más del 90 por ciento de sus ventas eran a norteamericanos o canadienses.
El día que llegue a San Carlos, ya estaba consolidada la marina natural del desarrollo, existía el Hotel La Posada de San Carlos y había no menos de un millar de residencias turísticas y un numero similar de espacios para trailers; todo en sincronía y operación, conservándose en las casas un bien llevado estilo arquitectónico Mediterráneo o como también lo conocíamos: “Colonial Mexicano”.
San Carlos era en ese entonces, el mas completo y ordenado desarrollo turístico de México llevado a cabo por un empresario, a base de grandes esfuerzos, intercambios, ventas , descuentos, etc,, sin apoyo alguno de la banca nacional o el mismo gobierno. Era un resultado ejemplar, que en breve seguiría con la misma idea por Fonatur, en Cancún, Nuevo Vallarta, Flamingos y Los Cabos .
La única diferencia es que San Carlos se había logrado el empuje e incansable trabajo de un solo hombre. El incomprendido y muchas veces criticado, Rafael Caballero.
Cuando llegamos a San Carlos, nos sentimos un poco como llegar a otro país.
Había, con nuestra llegada, 4 familias mexicanas viviendo en San Carlos: los Delgado, los Calderón, los Aldana y ahora nosotros . El otro residente mexicano (viajaba mucho a Nogales donde estaba su familia) era Rafael Caballero.
Mi misión la veían mis colegas vendedores, la mayoría originarios de Estados Unidos ( a excepción de 2 vendedores mexicanos bilingües) como un sueño muy difícil de alcanzar. Repito, mas del 90 % de las ventas eran a extranjeros.
Pronto se me ocurrió formar sindicaciones de inversión con uniones de crédito de Hermosillo y Ciudad Obregón, habiendo logrado ventas de hectareaje por primera vez en San Carlos. Igual me favorecieron con importantes adquisiciones individuales otros agricultores de Hermosillo y Don Carlos Escalante y su hijo, mi amigo Jorge Escalante Platt, cuya participación, desarrollando incluso los Condominios ‘Yaqui’ , dio gran credibilidad a invertir en San Carlos. Habíamos en un año y medio, volteado la estadística de ventas en San Carlos.
El Country Club
Desde mi llegada a San Carlos , la marina tenia años operando exitosamente, el Hotel La Posada de San Carlos estaba en su mejor momento y todos hablaban que en el horizonte estaba el proyecto de un campo de golf.
En esas estábamos cuando Cesar Estrada, industriales molineros en Ciudad Obregón, Guadalajara y su natal Torreón Coahuila, donde además habían desarrollado exitosamente el exclusivo desarrollo residencial con campo de golf ‘La Rosita’ y ademas reconocidos como ávidos aficionados al golf, se presenta con Rafael Caballero, indicando que están en la mejor disposición de invertir en un campo de golf de campeonato, contratando para este objeto a la firma de mayor prestigio mundial en diseños de campos de golf, los famosos hermanos Pete y Roy Dye, quienes diseñarían y construirían el tan deseado por años, San Carlos Country Club y que en ese momento en Mexico, construían el bello campo ‘Mantarraya‘ en el mundialmente conocido resort de ‘Las Hadas’.
Ademas de Cesar Estrada quien estaba a cargo del molino de la familia en Ciudad Obregón, Alfonso su hermano dirigía su operción molinera en su nativa Torreón Coahuila, junto con su padre, Don Alfonso Estrada, a la vez fundador de la Asiciación de Golf de Mexico y el menor de los hermanos, Juan Antonio Estrada, era nada mas, ni nada menos que el mejor golfista amateur del país y único mexicano con ese status en haber jugado en el Atlanta Open, considerado el torneo de mayor ranking mundial, a la par con Saint Andrews , la Catedral del Golf en Escocia.
En verdad estaban llegando a San Carlos, una de las mas reconocidas familias en el mundo del golf , para hacer realidad el largamente acariciado sueño de un campo de golf de campeonato, el San Carlos Country Club.
Rafael Caballero y los Estrada, se pusieron de acuerdo, quedando al frente de la negociación Cesar, apoyado por dos ejecutivos venidos de Torreón: el Ingeniero Octavio Navarro y Luis Gama, ex banquero y a cargo del tema financiero.
Pronto se inicio el desarrollo de tan deseado proyecto y eran frecuentes las visitas de Roy Dye al desarrollo, quien contrató al Ingeniero sonorense Enrique Valenzuela, como su apoyo en los trabajos del día a día. A propósito, mi amigo Enrique ha continuado una exitosa carrera como diseñador de campos de golf, dado que trabajó 8 años con Roy Dye, habiendo llevado a cabo campos de golf de campeonato en Ensenada, Merida, Morelia y Manzanillo, entre otros.
Recuerdo cuando iniciamos una promoción del inicio de obra del San Carlos Country Club ,en ‘El Imparcial’ de Hermosillo, un conocido empresario refresquero de Hermosillo y Chihuahua, buen golfista , me invitó a su oficina para saber más del proyecto. Al iniciar la plática, me dijo en tono de reto: “Armando: si este campo de golf, está listo en un año, me como un puño de tierra del mismo”…
Lo vi jugando en el campo del San Carlos Country Club un año después. No quise cobrarle su apuesta, ya que era obvio que estaba realmente disfrutando su juego en el mismo.
Pero volviendo a los retos para la construcción de esta largamente deseada amenidad, el principal era el abastecimiento de agua para irrigar el campo.
Sin embargo, para los Estrada y su socio Rafael Caballero no había limites. Compraron la Hacienda Aranjuez , propiedad de la familia Redo, para instalar un acueducto de más de 20 kilómetros, para abastecerse del pozo de la hacienda, originalmente utilizado para el cultivo de naranjas y con esa agua traída desde tan lejos, dar la necesaria irrigación al sediento campo de golf de San Carlos.
En Marzo de1977 inicié mi actividad a cargo de las ventas en Las Hadas, entonces considerado el más ambicioso desarrollo turístico llevado a cabo por la iniciativa privada en México, gracias a la invitación de Velko Milenkovich, ex Director de Ventas de San Carlos.
No regresé a este desarrollo hasta 1991, cuando volando de Tijuana a Guadalajara en un avión de Grupo Situr, acompañando a Pepe Martiínez Güitrón, Presidente del Consejo de la empresa, y Ken Prysor Jones, Director General de la misma ( yo era Vicepresidente de Ventas) insistí que aterrizáramos en Guaymas, para mostrarles Miramar y San Carlos, lo cual hicimos prácticamente de incognitos. Les encantó San Carlos y pocos meses después Situr se asoció con Tere Grossman en la marina, adquirió varios importantes terrenos y desarrolló un hotel y condominios en la marina, cuyas ventas manejé con la participación de mi inolvidable amigo Hugo Delgado.
Cuando visitamos San Carlos en esa ocasión con Pepe y Ken, mi intención era que Grupo Situr se interesara en Sonora (como después también lo hicimos después en Puerto Peñasco) y aportar un modesto granito de arena a Sonora , con cuya gente y estado, estaré siempre agradecido por todo lo que hemos recibido mi familia y yo.
Pero esto era sobre el campo de golf de San Carlos, al cual vi completamente seco y descuidado. Era obvio que el agua de Aranjuez se había agotado y el campo de golf había sufrido las consecuencias.
Fue poco el tiempo que Situr participó en San Carlos y su campo de golf.
Hoy , me causa tristeza ver las condiciones del mismlo y hago un llamado a la multitud de residentes nativos de Guaymas y Sonora que ahora viven en San Carlos para ver alternativas y salvar el campo.
Hay alternativa que no existían antes, como variedades de pastos que requieren poca irrigación. Me ha tocado trabajar en CostaBaja en La Paz , Baja California Sur, donde se utilizan aguas grises de plantas de tratamiento para regar su magnifico campo de golf de campeonato .
Hay alternativas y expertos que pueden dar mejores sugerencias que las mías para resolver el tema de mantener con un nivel aceptable las condiciones de un campo de golf .
El llamado a la nuevas generaciones que ahora disfrutan vivir en San Carlos es tener en mente que su campo de golf , ademas de ser original de un diseñador de clase mundial , tomar en cuenta la gran inversion que se llevó a cabo para tener tan valiosa amenidad a su alcance
Lo deseable es que haya conciencia de las ventajas y plusvaláa que genera este tipo de instalación.
Sí se puede.
Tucson, Glendale, Palm Springs, todas poblaciones del desierto, cuentan sólo ellas, con más de 300 campos de golf.
Algo están haciendo, que nosotros también podemos hacer en el San Carlos Country Club.
Solo esa ciudad inmediata a Phoenix, tiene 64 campos de golf y Phoenix igual o más.
Reitero, entre Phoenix, Tucson , Scottsdale , hay mas de 300 campos de golf. En Arizona, su principal atractivo turístico son su clima de otoño e Invierno y sus 300 campos de golf.
En Sonora tenemos el mismo clima, 1200 kilómetros de litoral con el Mar de Cortés y un solo campo de golf con diseño de clase mundial, que es el San Carlos Country Club. Valga esta memoria para vlorar el esfuerzo de hace ya casi 50 años.